miércoles, 20 de marzo de 2013

(Hoja  16 ) ORACIÓN CON LA BIBLIA

O R A C I Ó N      Hno. Ricardo Chi C,  (oración biblia) NOVIEMBRE 2012.
2= APÉNDICE II, LIBERACION O EXORCISMO MENOR.
COMENTARIO DEL HNO. RICARDO CHI C. MERIDA YUC. NOV/2012.
En el tiempo que he estado en el ministerio de liberación he experimentado que Dios obra por su grande misericordia y amor a sus hijos y que el proteje a todo aquel que le sirve de corazón y obedientemente. Esto lo expongo de manera exigente porque en el campo espiritual la unica forma de salir victoriosos es permanecer unidos a la vid, Juan Cap. 15, 
5 Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él,  ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. 6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. 
7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. 8 La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.
9 Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. 10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.   Para permanecer en esta union es necesario.

  1. Ser diciplinado 
  2. Gusto por la lectura Religiosa, carismatica, de crecimiento espiritual.
  3. Gusto y oración con la Palabra de Dios. Biblia
  4. Amor y compasión por los enfermos y necesitados.
  5. Amor, conocimiento y vivir asiduamente los Sacramentos.
  6. Practica de las virtudes, los frutos del Espíritu Santo.
  7. Conocimiento y experiencia de los dones del Espíritu Santo.
  8. Conocimiento y experiencia de los carismas del Espíritu Santo.
  9. Testimonio personal de sanidad y liberacion.
  10. Crecimiento espiritual y madures venciendo obstaculos en lavida diaria.
  11. Preocuparse por su misma preparacion como, Padre, Madre, Hijo, Hija, Profecionista etc.
  12. Cumplir con los mandamientos de la Iglesia y observarlos 
  13. Cumplir con los mamdamientos de la ley de Dios y observarlos.
  14. Gusto por la oracion personal, comunitaria, carismatica.
  15. Confesar a lo menos una vez al mes o dos meses.
  16. Comulgar frecuentemente.
  17. Estudiar el ministerio de sanidad, liberacion, y otros carismas.
  18. Estudiar el Catesismo de la Iglesia catolica.
  19. Conocer al menos lo necesario de los santos he historia de la Iglesia.
  20. Esforsarce por se un buen Hijo de Dios, dar Ejemplo, ser caritativo, paciente, amoroso, cariñoso, 
  21. Ser perseverante, humilde, comprensivo.
  22. Amar a Dios con todas las fuerzas, con toda el alma, con todo el Corazón.
  23. Amar al Projimo y aprender a perdonar siempre, que ni un dia pase dejando qeu se pierda la paz.
  24. Renunciar a satanas y practicas ocultas, maldiciones ancestrales etc. siempre.
  25. Aceptar a Cristo y renovarse en la fe y proclamacion de hijo de Dios todos los dias.
  26. Cantarle a Dios.
  27. Alabarlo siempre.
  28. Vivir enamorado de JESUCRISTO Y EL ESPÍRITU SANTO.
  29. Amar especialmente a María la Madre Inmaculada de Nuestro Señor Jesús.
  30. HACER Y ESCRIBIR TODO LO QUE PIENSAS QUE FALTA PONER AQUI...
EL EXORCISMO Y EL EXORCISTA     (PADRE EXORCISTA FORTEA.)
Cuestión 118 ¿Qué es el exorcismo?
Exorcismo es el rito por el que se ordena al demonio salir  del  cuerpo  de  un  poseso.  La  esencia  del exorcismo es la conjuración, es decir, la orden dada al demonio en el nombre de Jesús para que abandone ese cuerpo. El rito eclesiástico del exorcismo contiene muchos ritos menores (la letanía de los Santos, liturgia de la Palabra, rezo de la oración dominical,etc.), pero su verdadera esencia es la conjuración del demonio. Las oraciones dirigidas a Dios son deprecativas, es decir, se le suplica. Mientras que al demonio nunca se le pide nada, sino que se le conjura, esto es, se le ordena. Y se le ordena por el poder sacerdotal o por el poder inherente en el mismo nombre de nuestro Redentor.
Si en un exorcismo no hubiera conjuración, no habría verdadero exorcismo. El rasgo definitorio y específico del exorcismo es la conjuración. De  hecho,  la  palabra  griega  exorkizein significa justamente  eso:  conjurar.  Pongo a continuación  dos ejemplos tomados del Ritual de Exorcismos de 1998.                          
 ¿Cómo hacer la oración de liberación?
No existe un ritual determinado para este tipo de oración. Aunque el Ritual de exorcismos ofrece en el Apéndice II unas oraciones bajo el título Súplicas que privadamente pueden ser usadas por los fieles en la ucha contra los poderes de las tinieblas.
El buen padre Orfila, sacerdote diocesano de la diócesis de Gibraltar, con experiencia en el tema de la liberación me escribió en cierta ocasión: No existe una oración específica para la liberación. Oramos por la liberación del mismo modo que lo podríamos hacer para que llueva o para encontrar aparcamiento. 
Sapientísimas palabras, nunca en toda esta materia de la lucha contra el demonio debemos poner nuestra confianza en las cosas, sino en Dios. Y además, el que no exista una oración determinada y específica para la liberación da la libertad de adaptarse en cada caso con lo que se crea más adecuado. 
De todas maneras, sugiero aquí como organizar este ministerio de la liberación de las influencias del demonio:1. Todos de rodillas, pueden comenzar con una petición personal en silencio a Dios para que les ayude a llevar a cabo ese ministerio.

2. El que dirija el grupo, pedir a Dios en esa oración personal silenciosa que le inspire lo que deba hacer.
3. Si se cree conveniente, el que dirija el ministerio que haga una oración en voz alta improvisada.
4. Invocar a todos los santos con la letanía.
5. Oración deprecativa a Dios.
6. Orden al demonio de salir de esa criatura.
7. Insistir en las oraciones deprecativas, en las órdenes, alternándolas con cantos, rosarios, oración en lenguas, etc según el criterio que vea conveniente el que dirija el rato de oración.
Las oraciones deprecativas dirigidas a Dios pueden ser las mismas que las que aparecen en el Ritual de Exorcismos, haciendo los cambios pertinentes. Por ejemplo, donde se diga posesión, que el que hace la oración de liberación diga influjo, influencia.
Mientras que la orden dada al demonio deberá ser adaptarse al caso. Pongo varios ejemplos de órdenes:
-en el nombre de Jesús, espíritu de blasfemia te ordeno que salgas de él
-ato todo poder que tengas, espíritu inmundo, sobre esta criatura 
-la sangre de Cristo rompe toda atudura, toda influencia, que tengas sobre este cuerpo
-espíritu de ludopatía, sal de él, te lo ordeno por mi poder sacerdotal
He dicho antes que había que pedir en esa oración personal silenciosa a Dios que le inspire lo que deba hacer. Eso es muy importante, porque tanto el exorcismo como la oración de liberación supone una auténtica lucha con entes espirituales. Y de ahí que debamos pedir a Dios que nos ilumine en esa batalla. Batalla en la que nosotros atacamos y ellos sólo resisten. Al recitar la letanía de los santos pedimos a nuestros ejércitos que vengan en nuestra ayuda. La misma persona puede hacer una autoliberación cada día con las oraciones que vienen en el Apéndice II del Ritual de Exorcismos. 

El sacerdote que se dedique a este ministerio de recibir a personas que dicen padecer influencias del demonio debe tener a mano fotocopias con esas oraciones del Apéndice II del Ritual. Pues el sacerdote es para esas personas como un médico que les ofrece una medicina sin ninguna contraindicación. Es una pena que la Iglesia tenga ese tesoro de oraciones y a veces quede infructuoso. Incluso si la persona no tiene ninguna influencia demoniaca, esas oraciones supondran no sólo un aquietamiento psicológico para la persona que busca desesperadamente ayuda, sino una verdadera efusión de gracia por parte de Dios.
El Ritual fue genérico en el título de ese apéndice pues esas oraciones las ofrece a todos, la acción real de Dios actuará benéficamente tanto sobre el que padece un influjo del demonio, como sobre el que padece un problema de sugestión o miedo patológico.Ofrezco a continuación algunas de esas oraciones del Apéndice II del Ritual de Exorcismos. Todas ellas pueden utilizarse en la oración de liberación.
2= APÉNDICE II, EXORCISMO MENOR, LIBERACIONES.
SÚPLICAS QUE PUEDEN SER EMPLEADAS PRIVADAMENTE POR LOS
FIELES EN LA LUCHA CONTRA LAS POTESTADES DE LAS TINIEBLAS
Oraciones

1. Señor Dios, ten misericordia de mí, tu siervo, que  por la multitud de las asechanzas
estoy como un vaso resquebrajado; líbrame  de la mano de mis enemigos,
asísteme  para que busque al que está perdido, lo pueda encontrar y restituirlo para ti,
lo pueda restituir y entregártelo para que no lo abandones.
Concédeme que te agrade en todo ya que he podido conocerte y saber que me has redimido. Amén.
2. Dios omnipotente, que refugias a los desolados y confortas a los prisioneros,
mira mi aflicción y manifiesta tu poder para auxiliarme; vence al detestable enemigo;
y haz que, superada la presencia del adversario, pueda recuperar la paz y la libertad
y así, sirviéndote con sincera piedad, pueda confesar que tú eres admirable
y manifestar la grandeza de tus obras. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
3. Dios, creador y defensor del género humano tú formaste al hombre a tu imagen
y lo recreaste admirablemente con la gracia del Bautismo; vuelve tu mirada sobre este siervo tuyo, y escucha bondadosamente mis súplicas.
Te pido que brote en mi corazón el esplendor de tu gloria para que, eliminado todo terror, miedo y temor, sereno en mente y alma junto a los hermanos en tu Iglesia pueda alabarte eternamente. Amén.
4. Padre Dios, autor de la misericordia y de todo amor, que quisiste que tu Hijo sufriera por nosotros el patíbulo de la Cruz para expulsar de nosotros el poder del enemigo,
mira atentamente mi humillación y dolor, y mantente firme, te pido,
para que a quien renovaste en la fuente del Bautismo
vencido el combate del Maligno, lo llenes con la gracia de tu bendición.
Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
5. Señor y Dios mío, que me adoptaste por la gracia y quisiste que fuera hijo de la luz,
concédeme, te pido, que no sea envuelto por las tinieblas de los demonios
y siempre pueda permanecer en el esplendor de la libertad recibida de ti.
Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
6. Invocaciones a la Santísima Trinidad Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Honor y gloria al único Dios.
Bendigamos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, alabémoslo y exaltémoslo por los siglos.
Te invocamos, te alabamos, te adoramos, oh bienaventurada Trinidad.
Esperanza nuestra, salvación nuestra, honor nuestro, oh bienaventurada Trinidad.
Líbrame, sálvame, vivifícame, oh bienaventurada Trinidad.
Santo, Santo, Santo, Señor Dios omnipotente el que es, el que era y el que vendrá.
A ti la honra y el imperio, oh bienaventurada Trinidad.
A ti la gloria y el poder por los siglos de los siglos.
A ti la alabanza, a ti la gloria, a ti la acción de gracias por los siglos de los siglos, oh
bienaventurada Trinidad. Santo Dios, Santo y fuerte, Santo e inmortal, ten compasión de mí.

7. Invocaciones a nuestro Señor Jesucristo
Jesús, Hijo del Dios vivo,                                       ten compasión de mí.
Jesús, imagen del Padre,                                       ten compasión de mí.
Jesús, sabiduría eterna,                                          ten compasión de mí.
Jesús, esplendor de la luz eterna,                       ten compasión de mí.
Jesús, Palabra de vida,                                           ten compasión de mí.
Jesús, Hijo de la Virgen María,                              ten compasión de mí.
Jesús, Dios y hombre,                                            ten compasión de mí.
Jesús, Sumo Sacerdote,                                        ten compasión de mí.
Jesús, pregonero del Reino de Dios,                 ten compasión de mí.
Jesús, camino, verdad y vida,                               ten compasión de mí.
Jesús, pan de Vida,                                                  ten compasión de mí.
Jesús, Vida verdadera,                                            ten compasión de mí.
Jesús, hermano de los pobres,                            ten compasión de mí.
Jesús, amigo de los pecadores,                          ten compasión de mí.
Jesús, médico del alma y del cuerpo,                 ten compasión de mí.
Jesús, salvación de los oprimidos,                      ten compasión de mí.
Jesús, consuelo de los desamparados,             ten compasión de mí.
Tú, que viniste a este mundo,                               ten compasión de mí.
Tú, que libraste a los oprimidos por el diablo,  ten compasión de mí.
Tú, que estuviste colgado en la cruz,                 ten compasión de mí.
Tú, que aceptaste la muerte por nosotros,        ten compasión de mí.
Tú, que yaciste en el sepulcro,                             ten compasión de mí.
Tú, que descendiste a los infiernos,                    ten compasión de mí.
Tú, que resucitaste de entre los muertos,          ten compasión de mí.
Tú, que subiste a los cielos,                                   ten compasión de mí.
Tú, que enviaste el Espíritu Santo a los apóstoles, ten compasión de mí.
Tú, que estás sentado a la derecha del Padre, ten compasión de mí.
Tú, que vendrás a juzgar a los vivos y muertos, ten compasión de mí.
Por tu encarnación,                                                              líbrame, Señor.
Por tu nacimiento,                                                                 líbrame, Señor.
Por tu bautismo y ayuno santo,                                        líbrame, Señor.
Por tu cruz y tu pasión,                                                        líbrame, Señor.
Por tu muerte y sepultura,                                                   líbrame, Señor.
Por tu santa resurrección,                                                  líbrame, Señor.
Por tu admirable ascensión,                                               líbrame, Señor.
Por la efusión del Espíritu Santo,                                      líbrame, Señor.
Por tu gloriosa venida,                                                          líbrame, Señor.
Cuando nombra a la cruz, el fiel puede signarse.
Sálvame, Cristo Salvador, por el poder de la Cruz +
tú que salvaste a Pedro en el mar, ten misericordia de mí.
Por la señal de la Cruz + líbranos de nuestros enemigos, Dios nuestro.
Por tu Cruz + sálvanos, Cristo redentor, tú que muriendo destruiste nuestra muerte
y resucitando restableciste la vida.
Tu Cruz + adoramos, Señor, tu gloriosa Pasión recordamos,
ten compasión, tú que padeciste por nosotros.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos porque por tu Cruz + redimiste al mundo.

8. Invocaciones a la Virgen María
Bajo tu amparo, nos refugiamos santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades.
Antes bien, líbranos de todos los males, Virgen gloriosa y bendita.
Consuelo de los afligidos, ruega por nosotros.
Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
Hazme digno de alabarte, Virgen santa; dame poder contra tus enemigos.
Madre mía, confianza mía. Virgen Madre de Dios, María, ruega a Cristo por mí.
Dignísima Reina del mundo, siempre Virgen María,
intercede por nuestra paz y salvación tú que engendraste a Cristo Señor,
Salvador de todos. María, Madre de gracia, Madre de misericordia,
protégenos del enemigo y recíbenos en la hora de la muerte.
Socórreme, piadosísima Virgen María, en todas mis tribulaciones,
angustias y necesidades y alcánzame de tu amado Hijo
la liberación de todos los males y de los peligros del alma y del cuerpo.
Recuerda, piadosa Virgen María, que no se ha oído en el mundo
que alguien que ha recurrido a tu apoyo, que haya implorado tu auxilio,
que haya pedido tu ayuda, haya sido abandonado.

Yo animado por tal confianza corro hacia ti, Madre, Virgen de las vírgenes
y como un pecador que llora sus culpas comparezco ante ti.
No quieras desdeñar mis palabras, Madre de Dios, sino que óyelas bondadosamente y recíbelas.

9. Invocación a san Miguel Arcángel.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla sé un refugio contra la malicia y las insidias del diablo. Te rogamos, suplicantes, que Dios lo domine y tú, que presides la milicia celestial,
arrojes al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los espíritus malignos
que vagan por el mundo para la perdición de los hombres.
10. Preces litánicas.
Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros     (por mí).
San Miguel, ruega por nosotros                                   (por mí).
San Gabriel, ruega por nosotros                                   (por mí).
San Rafael, ruega por nosotros                                    (por mí).
Santos Ángeles custodios, rueguen por nosotros (por mí).
San Juan Bautista, ruega por nosotros                     (por mí).
San José, ruega por nosotros                                      (por mí).
San Pedro, ruega por nosotros                                    (por mí).
San Pablo, ruega por nosotros                                     (por mí).
San Juan, ruega por nosotros                                     (por mí).
Todos los Apóstoles, rueguen por nosotros            (por mí).
Santa María Magdalena, ruega por nosotros            (por mí).

(Pueden añadirse los nombres de otros santos o beatos)
De todo mal, líbranos (líbrame), Señor. De todo pecado, líbranos (líbrame), Señor.
De las insidias del diablo, líbranos (líbrame), Señor. De la muerte eterna, líbranos (líbrame), Señor.
Cristo, óyenos (óyeme). Cristo, escúchanos (escúchame).


SALMO 91 (90)Al amparo del Altísimo, a la sombra del Poderoso
La protección divina en medio de los peligros 91:1 Tú que vives al amparo del Altísimo

y resides a la sombra del Todopoderoso, 91:2 di al Señor: "Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío". 91:3 Él te librará de la red del cazador y de la peste perniciosa; 91:4 te cubrirá con sus plumas, y hallarás un refugio bajo sus alas.
91:5 No temerás los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día, 91:6 ni la peste que acecha en las tinieblas, ni la plaga que devasta a pleno sol. 91:7 Aunque caigan mil a tu izquierda y diez mil a tu derecha, tú no serás alcanzado: 91:4c su brazo es escudo y coraza.
91:8 Con sólo dirigir una mirada, verás el castigo de los malos, 91:9 porque hiciste del Señor tu refugio
y pusiste como defensa al Altísimo. 91:10 No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, 91:11 porque él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos.
91:12 Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra;
91:13 caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes.
Oráculo del Señor
91:14 "Él se entregó a mí, por eso, yo lo libraré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
91:15 me invocará, y yo le responderé.
Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré; 91:16 le haré gozar de una larga vida
y le haré ver mi salvación".

Santa María, Madre de Dios, ruega por él                                      (por ella).
San Miguel, Gabriel y Rafael, rueguen por él                                (por ella).
Todos los santos Ángeles de Dios, rueguen por él                    (por ella).
San Elías, ruega por él                                                                        (por ella).
San Juan Bautista, ruega por él                                                       (por ella).
San José, ruega por él                                                                       (por ella).
Todos los santos Patriarcas y Profetas, rueguen por él           (por ella).
Santos Pedro y Pablo, rueguen por él                                          (por ella).
San Andrés, ruega por él                                                                  (por ella).
Santos Juan y Santiago, rueguen por él                                      (por ella).
Todos los santos Apóstoles y Evangelistas, rueguen por él  (por ella).
Santa María Magdalena, ruega por él                                            (por ella).
Todos los santos Discípulos del Señor, rueguen por él          (por ella).
San Esteban, ruega por él                                                                (por ella).
San Lorenzo, ruega por él                                                                (por ella).
Santas Perpetua y Felicidad, rueguen por él                              (por ella).
Todos los santos Mártires, rueguen por él                                  (por ella).
San Gregorio, ruega por él                                                               (por ella).
San Ambrosio, ruega por él                                                             (por ella).
San Jerónimo, ruega por él                                                             (por ella).
San Agustín, ruega por él                                                                 (por ella).
San Martín, ruega por él                                                                    (por ella).
San Antonio, ruega por él                                                                 (por ella).
San Benito, ruega por él                                                                   (por ella).
Santos Francisco y Domingo, rueguen por él                            (por ella).
Santos Ignacio (de Loyola) y Francisco (Javier), rueguen por él (por ella).
San Juan María (Vianney), ruega por él                                        (por ella).
Santa Catalina (de Siena), ruega por él                                         (por ella).
Santa Teresa de Jesús, ruega por él                                             (por ella).
Todos los Santos y Santas de Dios, rueguen por él                  (por ella).

Muéstrate propicio, líbranos                                             (líbralo[a]), Señor.
De todo mal, líbranos                                                          (líbralo[a]), Señor.
De todo pecado, líbranos                                                  (líbralo[a]), Señor.
De las insidias del diablo, líbranos                                  (líbralo[a]), Señor.
De la muerte eterna, líbranos                                            (líbralo[a]), Señor.
Por tu nacimiento, líbranos                                               (líbralo[a]), Señor.
Por tu santo ayuno, líbranos                                            (líbralo[a]), Señor.
Por tu cruz y tu pasión, líbranos                                     (líbralo[a]), Señor.
Por tu muerte y sepultura, líbranos                                (líbralo[a]), Señor.
Por tu santa resurrección, líbranos                                (líbralo[a]), Señor.
Por tu admirable ascensión, líbranos                             (líbralo[a]), Señor.
Por la venida del Espíritu Santo, Paráclito, líbranos   (líbralo[a]), Señor.

Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Tú que por nosotros fuiste tentado por el diablo, ten piedad de nosotros.
Tú que libraste a los atormentados de los espíritus inmundos, ten piedad de nosotros.
Tú que diste a tus discípulos el poder sobre los demonios, ten piedad de nosotros.
Tú que sentado a la derecha del Padre intercedes por nosotros, ten piedad de nosotros.
Tú que vendrás a juzgar a vivos y muertos, ten piedad de nosotros.

Nosotros, que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que nos perdones, te rogamos, óyenos.
Para que nos indultes, te rogamos, óyenos.
Para que nos confortes y conserves en tu santo servicio, te rogamos, óyenos.
Para que eleves nuestras mentes hacia deseos celestiales, te rogamos, óyenos.
Para que concedas a tu Iglesia servirte con plena libertad, te rogamos, óyenos.
Para que le concedas la paz y la verdadera concordia a los pueblos, te rogamos, óyenos.
Para que nos escuches, te rogamos, óyenos.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos,

Salmo 26 I - CONFIANZA ANTE EL PELIGRO
El Señor es mi luz y mi salvación,  ¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza sobre el enemigo que me cerca; en su tienda sacrificaré sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Ant. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Ant. 2. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro.
Salmo 26 II
Escúchame, Señor, que te llamo; ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.» Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino, guíame por la senda llana, porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario, porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Tu rostro buscaré Señor, no me escondas tu rostro.
Ant. 3. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.


Dios del cielo, Dios de la tierra, Dios de los ángeles, Dios de los arcángeles,
Dios de los patriarcas, Dios de los profetas, Dios de los apóstoles, Dios de los mártires,
Dios de los sacerdotes, Dios de las vírgenes, Dios de todos los santos y santas,
Dios que tienes poder para dar vida después de la muerte, el descanso después del trabajo,
no hay otro Dios fuera de ti, creador de todo lo visible e invisible, Dios, que quieres que todos los hombres se salven
y amaste al mundo de tal modo que enviaste a tu Hijo Unigénito para destruir las obras del diablo; te suplicamos, Señor. humildemente, apelando a la majestad de tu gloria, que libres a este servidor tuyo (servidora tuya)
de todo poder de los espíritus infernales, de sus lazos, de sus engaños, de sus malicias,
y que lo (la) custodies incólume.
Infunde, el Espíritu de la verdad, Aquél que tu Hijo prometió a sus discípulos; desde el cielo expulsaste al diablo como un rayo, envía desde allí al Espíritu Paráclito, para que expulse lejos al delator y opresor de nuestra naturaleza
y nos haga evitar todo daño. Por Cristo, nuestro Señor. Todos responden: Amén.


Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda creatura; pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz con todos los seres, así del cielo como de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.

Tal como Cristo nos enseñó, terminemos nuestra oración diciendo:

Padre nuestro...    Dios te salve María...

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.

=ORACION AGREGADA=
61. Fórmula deprecativa
Dios, creador y defensor del género humano, dirige tu mirada sobre este siervo tuyo (sierva tuya) N.
a quien formaste a tu imagen y llamas a ser partícipe de tu gloria.
El antiguo adversario lo (la) atormenta cruelmente, lo (la) oprime con fuerte violencia
y lo (la) inquieta con cruel terror. Envía sobre él (ella) tu Espíritu Santo para que lo (la) haga fuerte en la lucha le enseñe a rogar en la tribulación y lo (la) defienda con su poderosa protección.
Escucha, Padre santo, el gemido de tu Iglesia suplicante; no permitas que tu hijo (hija) sea poseída por el padre de la mentira; no dejes que este servidor (servidora) a quien Cristo redimió con su Sangre sea retenido (retenida) por la cautividad del diablo; impide que el templo de tu Espíritu sea inhabitado por los espíritus inmundos.
Escucha, Dios misericordioso, la oración de la bienaventurada Virgen María, cuyo Hijo, muriendo en la Cruz, aplastó la cabeza de la antigua serpiente y encomendó a la Madre todos los hombres como hijos.
Que resplandezca en este siervo tuyo (sierva tuya) la luz de la verdad entre en él (ella) el gozo de la paz, lo (la) posea el Espíritu de la paz y llenando su corazón le dé la serenidad y la paz.
Escucha, Señor. la oración de San Miguel Arcángel y de todos los ángeles que te sirven.
Dios de todo bien, impide decididamente la acción diabólica; tú que eres la fuente de la verdad y del perdón,
expulsa las falaces insidias del diablo; Señor de la libertad y de la gracia, desata los lazos de la perversidad.
Tú que amas y salvas al hombre que escuchas paternalmente la oración de los apóstoles Pedro y Pablo
y de todos los santos que con tu gracia vencieron las asechanzas del Maligno.
Libra a este siervo tuyo (esta sierva tuya) de toda potestad ajena y custodia la firmeza que necesita.
para que restituido (restituida) a la serenidad espiritual te ame de corazón y te sirva con sus obras, te glorifique con sus alabanzas y te celebre con su vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Y todos responden: Amén.

LIBERACION COMO SACERDOTES POR NUESTRO BAUTISMO Y CONFIRMACION.
APOCALIPSIS CAPITULO 1,  de parte de los siete Espíritus que están ante su trono, 5 y de parte de Jesucristo, = el Testigo fiel, el Primogénito = de entre los muertos, = el Príncipe de los reyes de la tierra. = Al que nos ama y nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados 6 y ha hecho de nosotros = un Reino de Sacerdotes = para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por los siglos  de los siglos. Amén.
Señor, Dios todopoderoso, misericordioso y omnipotente,
Padre, Hijo y Espíritu S

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